No conocían el mar y se les antojó más triste que en la tele. Alumbraron el amanecer muertos de frío ,se arroparon con la sensatez del desvarío de lo tuyo y lo mío.
Bucearon contra el Everest y se ahogaron, nadie les enseñó a merecer el amparo de la Soledad.
¡qué pequeña es la luz de los faros!
de quien sueña con LA LIBERTAD...
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